La Palabra de Dios señala en Jeremías 18 que "El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 2 «Baja a la casa del alfarero y allí te comunicaré un mensaje.» 3 Yo, Jeremías, bajé y encontré al alfarero trabajando el barro en el torno. 4 Cuando el objeto que estaba haciendo le salía mal, volvía a hacer otro con el mismo barro, hasta que quedaba como él quería. 5 Entonces el Señor me dijo: 6 «¿Acaso no puedo hacer yo con ustedes, israelitas, lo mismo que este alfarero hace con el barro? Ustedes son en mis manos como el barro en las manos del alfarero. Yo, el Señor, lo afirmo".
Dios esta trabajando en nosotros continuamente como ese alfarero en el barro. Pero cuando desobedecemos, cuando nos ponemos en primer lugar, o cuando no queremos hacer su voluntad, rompe la vasija vieja y da forma a una nueva. Para crear una vasija de honra, se necesita de una serie de pasos, que nos duelen, que nos llevan de una arcilla sin forma a un florero. Dios quiere ponernos nombre nuevo.
Reconciliate con Dios, este es el momento perfecto, comienza de nuevo. Haz esta oración: "Señor duele cuando trabajas en mí, pero prefiero ser una vasija en tus manos, toma mis durezas, toma mis piedras, yo quiero ser a tu forma, quiero que tu seas el artista que me haga y que me rompa, moldeame alfarero".
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