Tema 9: Niveles: Oración, Intercesión y Guerra Espiritual
Versículos centrales: Lucas 11:5-10
La oración es sencillamente hablar con Dios. La oración modelo la encontramos en Mateo 6:9-15, tomando como puntos importantes de ella la gratitud, reconocer a Dios y el perdón de pecados. Esto ha sido predicado, lo hacemos de continuo, y ha sido una gran bendición para el cuerpo de Cristo, pero necesitamos cruzar la línea de la oración a la intercesión.
Observamos que muchos creyentes solo se quedan en la oración personal, pero es necesario hacer oraciones delante de Dios a favor de los hombres. Como bien hemos mencionado, el mundo y la carne son sistemas que nos conllevan al pecado, pero únicamente con la misericordia de Dios podemos vencer esos sistemas y levantarnos en fe sobre todas esas oposiciones.
La Biblia dice que la intercesión se trata de buscar pan para un amigo (Lucas 11:5). Es dejar a un lado toda altivez y egoísmo y pedir a Dios su favor, misericordia y paz por alguien o un grupo en específico.
Son tres panes, uno representa al Padre y las bendiciones que solamente provienen de Dios creador. El otro pan representa las dádivas que provienen de su Hijo Jesucristo, y finalmente el último pan es representado por el Espíritu Santo que reparte dones a los hombres como él quiere. Entonces tenemos bendiciones, dádivas y dones que necesitan todos los hombres y solamente se encuentran en los panes disponibles que tenemos los creyentes. Aunque hay creyentes que ya están ejercitando una vida de intercesión, necesitamos cruzar la línea de la intercesión hacia la guerra espiritual.
La Guerra espiritual se trata de un clamor profundo para hacer retroceder la obra de las tinieblas. El 75% de los problemas son de origen demoniaco. Nosotros hemos dejado entrar al diablo y su influencia en la iglesia y ahora tenemos que sacarlo en el nombre de Jesús.
De allí surge la interrogante ¿Puede un verdadero creyente estar demonizado? Observe que no estoy hablando de posesión demoniaca, sino de demonización. Porque la posesión indica propiedad y control absoluto. Los creyentes incluso desobedientes pertenecen a Dios y no a satanás, por lo tanto, el diablo no puede controlarlo por completo. Por demonización comprendo que satanás a través de sus demonios ejerce un control parcial sobre una o más áreas de la vida de un creyente o no creyente.
Hammond declara que los invasores (demonios) pueden continuar sus prácticas hasta cuando se les confronta a través de la guerra espiritual y se les reta con base legal del propietario. Jesús con su sangre compro al creyente y le ha hecho mayordomo de su propia vida. El diablo no tiene ningún derecho legal sobre él y, por lo tanto, corresponde al creyente defender sus derechos. Ningún demonio puede quedarse cuando el creyente desea seriamente que se vaya: “Resistid al diablo y huira de vosotros” (Santiago 4:7b).
Los demonios son enemigos espirituales y es responsabilidad de cada creyente enfrentarlos directamente en la batalla espiritual.
Actividades:
• Ejercitar los tres niveles: a) oración: Padre celestial, te doy gracias, eres bueno y maravilloso, perdona mis pecados y ayúdame cada día a seguir en tus caminos. b) intercesión: Dios mío, vengo a ti para clamar a favor de XXXXX, ten misericordia y obra, sanidad y salvación. Tu palabra dice “….” c) Guerra espiritual: me levanto en contra de todo espíritu de falsas religiones, que intenta mantener al hombre cautivo a través de cualquiera de sus manifestaciones, son echados fuera en el nombre de Jesús, Amén”.
Referencias:
Frank & Ida Mae Hammond. Cerdos en la sala, Pdf, Colombia, p.11,12,16
Ed. Murphy. Manual de Guerra Espiritual, Pdf, 1995, p.9
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