Dios no se toma su tiempo para darnos el deseo de nuestro corazón con el fin de controlarnos. Más bien, sabemos que aun durante la espera, Él está obrando para que todo resulte en nuestro bien y su Gloria. Mientras anticipamos con anhelo su provisión, debemos mantener nuestra mirada en Él, y estar atentos a su voz y a su dirección. De este modo, aprendemos a hacer su voluntad y nuestra relación con Él se Fortalece y se Profundiza.
Tomado de: Biblia Principios de Vida. Charles Stanley
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