Esta cita el Apóstol Pablo da gracias a Dios, a quien sirve con una conciencia pura como lo hicieron sus antepasados (2 Timoteo 1:3-5). Encontramos que tanto la abuela como la madre poseían una fe genuina que trasmitieron a su nieto e hijo, Timoteo. Esto nos enseña que lo que sembremos hoy en nuestros pequeños influirá de manera significativa a lo largo de su vida hasta llegar a la edad adulta.
Su madre Eunice era judía, quien lo instruyó en las Escrituras. Su carácter, hábitos, valores, así como las nociones de lo que es correcto e incorrecto, la fe, son ítems que toman forma primeramente en el seno del hogar. Hagamos hoy, lo que nos corresponde con nuestros hijos. Instruyamos en la Escritura y en el temor a Dios, esto lo preparará para las pruebas, luchas y circunstancias en su presente-futuro.
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