“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:9)
Este es el título del primer capítulo del libro histórico de Josué, escrito por él, durante el año 1250 aproximadamente. Pero ¿A qué conquista se refería? Josué, como sucesor de Moisés, (Josué 1:1,2) debía llevar al pueblo de Israel a la tierra de Canaán, tierra prometida. A través de este capítulo, Dios le da ciertas instrucciones a Josué, en donde le promete que él estaría junto a él, (Josué 1:5) “… Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé”.
El Señor le recuerda toda la tierra que les pertenece, pero que es necesario que tomen posesión de ella (Josué 1:4) “Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio”. Josué era un hombre de guerra que conocía lo que era estar en batalla. Pero a pesar de su experiencia, Dios le dijo que debía de a) Esforzarse y ser valiente, b) No apartarse de la ley de Moisés, c) No temas ni desmayes, d) Persistir en la obediencia.
a) El esfuerzo y la valentía: estas características indican un empleo energético de vigor, de templanza, para conseguir una algo venciendo las dificultades. Esta lucha no iba a ser sencilla, pero necesitaría todo el coraje y fe de Josué como dirigente de esta lucha. Dios no le dijo a Moisés que no se afligiría, sino que lo animó diciendo “solamente esfuérzate y sé muy valiente…”.
Hay circunstancias en nuestra vida que necesitan que las ataquemos con esfuerzo y valentía. No es una opción rendirse, ni dar un paso atrás, necesitan de nuestra perseverancia, pese a nuestros sentimientos, o nuestros ojos vean, hay un Dios Poderoso, que nos dice “que todo lo podemos en él” (Fil. 1:4). Por eso vale la pena seguir adelante.
b) No apartarse de la ley de Moisés: no solo debía conocerla, sino permanecer en ella. No podía tergiversar ni adulterar la Palabra de Dios, sino que en todo momento instruir a su pueblo en ella. Compartir la Palabra implica esfuerzo y valentía. Porque hay instrucciones que simplemente las personas no querrán cumplir ni estarán de acuerdo. Decir la verdad, es tener valentía. ¿Estamos nosotros permaneciendo en la Palabra? ¿La compartimos? ¿Invitamos a otros a conocer a Jesús? Para permanecer en la voluntad de Dios es necesario orar y escudriñar las Escrituras. (Juan 5:39) “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;”. Ellas son las que nos enseñan el carácter de Dios y su corazón.
c) No temas ni desmayes: es sencillo dejarse turbar o intimidar por las aflicciones que llegan a nuestra vida. Pero son esos momentos es que necesitamos ser fuertes. ¿Sí? Muy fuertes. Cuando sentimos temor, nos hace querer huir, lejos, de la circunstancia. En nuestra vida vamos a encontrar experiencias y personas que influirán en nuestro estado de ánimo y actitud para enfrentarnos a responsabilidades.
Josué conocía lo que era no tener temor. Él había sido parte de los 12 espías y había visto a gigantes, pueblos extranjeros y ciudades fortificadas. Mientras que 10 espías se sintieron intimidados por ello, dice la escritura que Josué y Caleb rompieron sus vestiduras y dijeron "… esta tierra en extremo es buena, tierra que fluye leche y miel… más podremos nosotros que ellos… ". Ya aún desde ese momento Dios estaba preparando a Josué para este tiempo. Dios estaba buscando un corazón como el de Josué que perseverará.
¿Cuántas cosas no nos han acontecido a nosotros? Pero solamente Dios sabe por qué y para qué. Quizás sea como a Josué para prepararnos para un tiempo, en que necesitaremos de esa experiencia para vencer.
d) Persistir en la obediencia: es indispensable estar firmes en el llamado que Dios nos hace. Tenemos un gran privilegio que es tener la compañía de Jesús. El pueblo de Dios era pequeño en comparación con sus enemigos que los superaban en gran número, pero a causa de su obediencia, Dios les daría la victoria. Necesitamos de fe para recibir aquello que él nos ha prometido en algún momento de nuestra vida.
¿Qué es lo primero que hace Josué? Declara: (Josué 1:10-18) “Y Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo: 11 Pasad por en medio del campamento, y mandad al pueblo, diciendo: Preparaos comida, porque dentro de tres días pasaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que Jehová vuestro Dios os da en posesión” Josué les recordó lo que Dios había hablado por medio de Moisés y los animó a que creyeran y tomaran sus promesas. 16 “Entonces respondieron a Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos mandes. 17 De la manera que obedecimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti; solamente que Jehová tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés. 18 Cualquiera que fuere rebelde a tu mandamiento, y no obedeciere a tus palabras en todas las cosas que le mandes, que muera; solamente que te esfuerces y seas valiente”
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