Recuerdo cuando esperaba mi primer trabajo, cuantas expectativas, ahora sí voy a comprar muchas cosas que necesito, voy a ayudar en mi hogar, puedo diezmar y ayudaré a muchos. Era casi como un sueño hecho realidad. Mientras que de niña quería trabajar para comprar barajas y llenar el álbum. Pero ahora tengo otros intereses. Conforme va pasando el tiempo me doy cuenta de que se necesita perseverancia, ahorro y mezquindad... pero esto último aplicado a mí misma.
Poco a poco vamos consiguiendo las cosas. Hasta que llega a un periodo en que hemos conseguido mucho de lo que queremos. Todo esto me hace recordar a la niña Tailor Smith de 12 años, se hizo una carta a sí misma incentivándose. Decía "para abrir en 10 años". Se motivaba a estudiar, a tener un hogar, a leer la biblia, a servir a Dios, y decía, si no lo lograste, sigue intentándolo, Él (Jesús) fue burlado, golpeado, torturado, y crucificado por ti.
Un hombre sin pecado que no le hizo nada malo a ninguna otra persona. Su carta concluye con que "Recuerda que han pasado diez años desde que escribí esto. Han pasado cosas buenas y cosas malas, así es la vida, tienes que aprender a vivir con ello". Tailor murió en enero de este año de neumonía. Cuantas expectativas tenía esta niña. Pero la muerte le arrebato todo. Su padre sintió que es lo menos que puede hacer es compartir su carta con el mundo para que el amor de Dios y la esperanza encontrada en Jesús, la misma esperanza que ella encontró, se extienda a todos.
A veces llega esos momentos en nuestra vida que parece que perdemos todo lo que hemos construido. Nos hemos aferrado a tantas cosas, ohh desde personas, carro, lugares, trabajos, salarios, que nos hacían sentir cómodos. Pero luego se desvanecen. Sé que sabes a lo que me refiero. Estamos aterrados por dentro. No queremos cambios. Nos aferramos a lo mismo. Debemos dejar lo que éramos. Pero el pueblo de Israel se sintió así. Ciertamente, eran esclavos en Egipto, pero se acostumbraron a eso, pensaron que Dios se había olvidado de ellos. Se acostumbraron, a la comida, al trabajo, al salario, a los capataces, a todo. Pero Dios trajo una esperanza a través de Moisés y los condujo fuera de Egipto a la tierra prometida.
Pero fueron pasando los años y la escritura dice "Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos" (Deuteronomio 8:2). Nuestro corazón es probado en la escasez, en la prueba y en la espera. Fueron sustentados con comida que ellos ni sus padres conocieron (mana), su ropa nunca se envejeció ni sus pies se hincharon. De día, columna de nube y de noche, de fuego.
Ellos se habían embargado este viaje, por la promesa de Dios, te introduciré en buena tierra "tierra de arroyos, de aguas, de fuentes, de abismos que brotan por vegas y montes; 8 tierras de trigo y cebada, y de vides, e higueras, y granados; tierra de olivos, de aceite, y de miel; 9 tierras en la cual no comerás el pan con escasez, no te faltará nada en ella; tierra que sus piedras son hierro, y cortarás bronce de sus montes. 10 Y comerás, y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado". (Deuteronomio 8). Dios siempre se mantuvo a su lado, guiándolos a la tierra prometida pese a sus debilidades e infidelidades. No temas, los cambios, aun si has perdido todo, aprende a comenzar de nuevo.
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