No te conformes: Es tiempo de Luchar

A veces atravesamos circunstancias y simplemente nos resignamos a ello. Decimos si yo sé que viene esto y estamos así como esperando que lleguen. Recuerdo antes, cuando no conocía al Señor, que en las noches tenía muchas pesadillas. Era impresionante, solo bastaba que durmiera de un lado de la cama, para saber que esa noche irremediablemente soñaría de ese modo, aunque no necesariamente me gustaba o estaba de acuerdo. Y a veces nos sucede de esa manera... 

Vamos a nuestro hogar y ya estamos esperando un reproche; vamos a presentar un examen académico y ya estamos esperando una nota reprobatoria; vamos al doctor y ya estamos esperando que nos den un resultado médico negativo como le sucedió a nuestros padres o hermanos;  vamos a una entrevista y ya estamos esperando que nos rechacen, que nos digan oye eres muy joven para el puesto, o estás muy viejo, no tienes experiencia, o simplemente no puedo suplir tus expectativas de salario. Esperamos que esa persona nos vuelva a engañar, pisotear y nos encontramos allí, como sabiendo lo que viene y simplemente nos cruzamos de brazos y nos acostumbramos a eso. Décimos viene esto, pero no puedo evitarlo, no puedo hacer nada. 

Suceden esas circunstancias en nuestra vida, y no te estoy hablando de que somos negativos, te estoy hablando de que hemos tenido experiencias y, por lo tanto, lo asociamos de ese modo. Pero déjame decirte, que así como nosotros íbamos rumbo al fracaso, a la muerte, a la desesperación, a un hoyo, y Dios tuvo que meter su mano, y en la mayoría de los casos lloramos y decimos ¿Por qué yo?, ¿Por qué a mí?. Dios no nos dejará esta vez caer.

Es que muchas veces estamos esperando que nos suceda como hace 5 años, y nos aferramos a ese pasado lleno de dolor. Pero por ningún motivo puedes dejar de luchar y resignarte a ninguna circunstancia, porque Dios se especializa en comenzar de nuevo, en darle valor a aquello que pensaba que no lo tenía, en producir cambios.

Todo esto me hace recordar al Apóstol Pablo, su misión matar a los cristianos, su celo, su fe, lo que él creía que era lo correcto. Cuando va rumbo a Damasco hay una gran luz y de ella una voz que dice “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Preguntó él: “¿Quién eres, Señor?” La respuesta fue: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate. Entra en la ciudad y ahí se te dirá lo que tienes que hacer”. (Hechos 9).  Que cambio de visión tuvo, ahora, su nueva misión, compartir y difundir el evangelio de Jesucristo. Un hombre transformado. Quizás has estado orando, y nos has encontrado la estrategia, o has llegado a creer que no es el tiempo de Dios, pero quiero compartir contigo cuál fue la solución para mí en aquel momento, con respecto a los sueños.

Le comenté a un primo sobre la circunstancia con las pesadillas, (él me había hablado sobre el evangelio, al igual que otras personas) y me respondió que "se trataba de la música que escuchaba". Me recomendó música cristiana, que hiciera la prueba por un mes, y a los días me regalo un CD. Grabe la música en el mp4 y comencé a escucharla, sobre todo me inclinaba por el grupo cristiano Rojo. Después que venía de escuchar rock, metal, punk y música gótica. Para mí esa fue la solución, y comencé a desechar toda esa música vieja. 

¿Qué necesitas desechar? Que es lo que no ha permitido que tu matrimonio avance, que tus hijos sean obedientes o que permanezcas una depresión. Quizás lo que estás pasando ahora no depende solamente de ti sino de otras personas,  pero no hay nada imposible para Dios, aun nuestras circunstancias imposibles, para él, son posibles. Por nada puedes renunciar.

Cuando un soldado va a la guerra, y es herido, aun pese a ello, no suelta su fusil. Porque sabe que podría volver el enemigo y sabe que necesitara su arma. Aunque se sienta mal, es indispensable que no suelte su arma. Es supervivencia. ¿Cuándo fue la última vez, que tomaste la Armadura de Dios?, ¿Cuándo fue la última vez que dijiste, yo voy a dejar de ser la víctima y quiero ser protagonista?, ¿Cuándo fue la última que dijiste que debo seguir tolerando que mis hijos, beban, consuman drogas y sean rebeldes a mis reglas?

Incluso si estás batallando por tus hijos, "He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre" (Salmo 127:3) allí está Dios fortaleciéndote, armo toda una barra para darte ánimo, sigue orando, sigue creyendo, que lo que está en sus manos nadie se lo arrebata. "¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros". (Isaías 49:15,16) Esculpidos, estamos en las manos de Dios.

Sigue adelante, que unos pasos más allá, está eso, que Dios sabe que tú necesitas y que Dios sabe que has estado clamando por un tiempo. ¡No es tiempo de rendirse, ahora que falta poco para lograrlo!

"Solo un verdadero desafió prueba una creencia"
C.S. Lewis

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