"Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón" (Lucas 2:7) Desde que Jesús inicio su Ministerio, fue rechazado por individuos, pueblos, fariseos, y hasta por sus mismos discípulos, y hermanos. En esta cita bíblica, encontramos que al nacer no fue diferente, se enfrentó a un edicto del rey Herodes para matarlo, porque había nacido el Rey de los Judíos. Toda su vida, estuvo llena de desprecios, por las personas que amaba y por quien dio la vida.
Hoy en día no es diferente, observamos como muchas personas desprecian la gracia de Dios y prefieren seguir en sus deleites, aunque por dentro tienen grandes cataratas de tristezas y un gran vació. Y aún mismos cristianos, que una vez que caminaron con Cristo, vuelve al mundo, olvidándose de donde Dios los saco y su sacrificio.
No hay lugar para Dios, en esta sociedad que lo ha sacado de las escuelas, cárceles, trabajos, y sus gobiernos. Hemos preferido seguir nuestra lógica y razón y no darle el primer lugar al creador de todo, y al que lo ordena todo. Es por ello, que observamos tanto desastre, tristeza, plagas, enfermedades y caos. Pero Dios promete, en su Palabra, erradicar el mal. Es el reino milenario de Cristo.
Aunque muchos hayan sacado de sus vidas a Dios, tú puedes ser diferente. Haz espacio en tu corazón para Jesús. El está en la puerta...!
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