Manual de Guerra Espiritual (Tema 6: Iglesia apostólica)

 Tema 6: Enseñanza Bíblica: Iglesia Apostólica (N.T.)

Versículos centrales: Marcos 6:7; Hechos de los Apóstoles 5, 8, 13 y 16

Según los evangelios, los discípulos comienzan su ministerio de liberación observando a Jesús tratar con el mundo espiritual. Pero, pronto, ellos mismos encontrarán resistencia demoniaca. 

En su evento redentor, Jesús derrotó por completo y de una vez por todas al reino sobrenatural perverso. Aunque no esté atado, el mundo espiritual ya ha sufrido la derrota. Los primeros discípulos sabían que aún se hallaban involucrados en una terrible guerra, pero también se trataba de una guerra con un enemigo vencido. Esto cambia todo en cuanto a cómo uno ve y confronta al adversario. Esta diferencia, de por sí, sería la responsable de todas las variaciones entre la guerra espiritual en los evangelios y en el resto del Nuevo Testamento.

Marcos dice "Después llamo a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos" (Marcos 6:7). La labor apostólica es cuádruple y consistía en predicar, echar fuera muchos demonios, sanar a los enfermos (v.12, 13) y enseñar (v.30).

El modelo del ministerio de Jesús en el que adiestró a los discípulos continuaría de un modo natural a lo largo de toda su vida luego que Él ascendió a los cielos. En efecto, cuando los demonios apareciesen oponiéndose al ministerio apostólico, los discípulos tratarían con ellos exactamente como habían sido enseñados. Las secciones de liberación encontradas en el evangelio se dieron en lugares públicos y con demonios en plenas manifestaciones.

El hecho de que no se mencione a menudo a los demonios no significa que los apóstoles y los primeros cristianos no estuvieran involucrados en liberaciones. Los Hechos de los Apóstoles registran muchos movimientos evangelisticos y de fundación de iglesias que crecían muy rápido, a menudo acompañados de sanidades y otros milagros. Cuando tiene lugar las demostraciones de poder del Espíritu de Dios, los demonios casi siempre se van por sí solos en masa, por lo tanto, no requieren de sesiones individuales.

Se mencionará a continuación dos casos narrados en Hechos de los Apóstoles que tiene implicaciones con la guerra espiritual. Se pueden indagar otros ejemplos, pero para ítems de la enseñanza se tomaron:

1)  Ananías y Safira (Hechos 5): Este relato se trata de una familia de la iglesia y ocurrió después de que la iglesia de Jerusalén experimentara persecución que se había desatado con motivo de la sanidad de un cojo en el templo (Hechos 4). El pasaje presenta a un cuerpo de creyentes unidos que se amaban y se preocupaban unos por otros. Los más prósperos vendían con gusto algunas de sus propiedades para ayudar a suplir las carencias de sus hermanos más pobres.

Mientras sus hermanos estaban atareados con las necesidades reales de los demás, Ananías y Safira se preocupan por las suyas. Hechos 4:36, 37 nos expresa que particularmente había un creyente llamado Bernabé, quien vendió un trozo de terreno y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles. Evidentemente este gesto sacrificial turbó a la pareja.

Pedro trata al marido como a la esposa, pero culpa del asunto principalmente a Ananías (v. 3, 4). Lo que implica que fue Ananías quien ideó el plan y lo había dado a conocer a Safira, la cual no denunció la hipocresía de su esposo. Luego ejerciendo el don de discernimiento de espíritus, Pedro señala el doble origen del pecado: a) El pecado procede de satanás y b) Salió de su corazón. De todo ello resultó con que: a) Tenemos la muerte física de Ananías (v.5) y de Safira (v.10). b) Un gran temor vino sobre toda la iglesia y sobre el público en general (v.5, 11). c) Se registró el crecimiento numérico más grande hasta la fecha (v.14). d) Se produjo un movimiento de evangelización de poder dirigido por el apóstol Pedro que incluía sanidades y liberaciones en masa (v. 15,16).

2)  Felipe, Pedro y Simón el Mago (Hechos 8): La mayor demostración evangelista de poder registrada en el libro de Hechos y quizás en todo el Nuevo Testamento no se produjo a través del ministerio de un apóstol, sino de un laico Felipe, que era parte del grupo de los siete diáconos escogidos (Hechos 6:1-7).  Felipe huyo de la persecución de Saulo (Hechos 8:1), y llegó hasta Samaria, donde la demonización reinaba (v.7) debido a la actividad mágico-demoniaca de Simón, el brujo principal del lugar. El mundo espiritual en Samaria tal vez implicaba a espíritus engañadores religiosos con sus demonios de inmoralidad y enfermedades físicas.

En el Evangelio de Juan acusan tres veces a Jesús de tener un demonio (Juan 7:20; 8:48-52 y 10:20). A los ojos de los acusadores, el Señor era un falso profeta cuyos poderes para hacer milagros procedían de satanás. La acusación era de que se trataba de un impostor (Mateo 27:63 y Juan 7:12, 47). Los magos y falsos profetas se les castigaba con pena de muerte, según el código deuteronómico (Deuteronomio 13:5, 18:20). El cristianismo y el judaísmo bíblico son vigorosamente antimagia.

La magia se define como cualquier práctica que tiene poder en sí misma. Puede ser hablada o representada. El estilo de vida del mago puede ser moral o inmoral, y esto no tiene que ver en absoluto con el poder de la magia realizada.

En Hechos 8 nos encontramos con demonios vocingleros (v. 7), los cuales al salir en masa debieron dar un espectáculo horrible. La Biblia nos enseña que Simón era un mago practicante en Samaria, pretendía hacerse de renombre y deseaba tener una posición en la comunidad (v.8, 9, 10). Este recibió el mensaje del reino de Dios y el nombre de Jesucristo (v.12) y junto con la ciudad respondió al llamado y se bautizó. Simón seguía a Felipe y comparo que el poder que antes había tenido, no era nada comparado con lo que manifestaba Pedro (v. 13).

Simón ve el evangelio como un nuevo oficio del cual vivir en este mundo (v.14) Pero, Pedro le muestra que estimaba la riqueza de este mundo, y, por lo tanto, deseaba comprar el perdón de pecados, el don del espíritu santo y la vida eterna, cosas que no estaban a la venta y eran dadas únicamente por Dios. El corazón orgulloso y codicioso de Simón estaba al descubierto y sólo le queda arrepentirse de los pecados o estará acabado.

Simón estaba lleno de popularidad. No podía trabajar, vivir, convertirse y bautizarse sin ella. Y no hay ni siquiera un hombre público, ya sea político o predicador, que estaría dispuesto a seguir viviendo, trabajando y orando en el anonimato y manteniendo al mismo tiempo la apacibilidad y el contentamiento, la buena voluntad y el corazón sincero.

Ananías y Safira tuvieron que manejar la hipocresía y Simón el mago la popularidad y poder. La Biblia no indica que se trataban de creyentes falsos, pero si estaban lidiando con cosas en sus corazones, que a la primera pareja le costó su vida.

Actividades:

• La hipocresía y la popularidad pueden llevarnos a convertirnos en personas que proyectan una imagen que no va con lo que realmente somos. Jesús nos conoce. Para hacer morir estas actitudes repite esta oración: Señor Jesús, te pido que saques de mi vida todo engaño y actitud de grandeza que quiera hacerse presente, tú eres mi Dios y tú estás en el trono de mi corazón, no quiero perseverar en estas cosas ni hacer caer a otros con mis actitudes. Enséñame tu verdad y andar en ella, amén.

Referencias:

Mathew Henry Comentario Bíblico Hechos 5 y 8

Ed. Murphy. Manual de Guerra Espiritual, Pdf, 1995, p. 328-340

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