La diferencia que hubo entre el apóstol Pedro y el joven rico es que el joven rico hablaba con Jesús, buscando aceptación y reconocimiento... y el apóstol Pedro hablaba con el Cristo, el hijo del Dios viviente.
Si se te revela Cristo, te darás cuenta de que lo más importante es saber de donde proviene nuestra eternidad, y no la aceptación que puedes recibir en ámbitos terrenales.
Debemos comenzar a manifestar lo que portamos y declarar cada vez menos frases que comienzan con la palabra "yo".
Debemos comprometernos fervientemente con la gracia que nos fue dada, y vivir una vida que manifieste la plenitud que nos habita... Si portamos a Cristo, que se note.
Edu Aristeguy.
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